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TIPOS DE RAYOS Rayos solares mayores. Tienen una importancia patológica mayor que los menores. Se inician en el borde pupilar y se dirigen hacia la periferia, cruzando la corona nerviosa. El hecho de cruzar la corona nerviosa, rompiéndola, nos indicará una posible alteración neurovegetativa. Cuando observemos un o dos rayos solares mayores, no necesariamente indicaran problemas importantes, ya que este signo es muy común en la población. Rayos solares menores. Estos rayos se inician en la corona nerviosa y solo indicarán sobrecarga toxémica, sin alteración neurovegetativa. Tendremos que valorar varias características de los rayos, que puedan empeorar su pronóstico, como: Regularidad. Si los rayos siguen una trayectoria radial, tendrán mucho mejor pronóstico que si no son rectos y se desvían del radio. Profundidad. Los rayos están excavados; por ello además de considerarlos un signo de sobrecarga toxémica, se pueden considerar signos de insuficiencia. Un rayo muy profundo nos indicará, además, una lesión en el tejido del sector afectado. Longitud. Lo primero a tener en cuenta es si el rayo solar rompe la corona nerviosa y si llega hasta el borde periférico, indicando un desequilibrio muy crónico, que ha acabado produciendo una alteración importante e incluso una lesión del tejido. Número. Lógicamente, a mayor número de rayos solares, mayor importancia diagnóstica, aunque raramente sobrepasan la docena en cada iris. La presencia de tres o cuatro rayos, sin características agravantes, se puede considerar normal. Coloración.Pueden presentar toda la escala evolutiva de coloraciones de los signos, desde la tonalidad clara o blanca, hasta el negro degenerativo. Normalmente su coloración será oscura, ya que se trata de signos excavados. Presencia de signos añadidos. Los rayos solares pueden contener lagunas o criptas ensu interior; siendo ambas señales estructurales de deficiencia y lesión. Cualquier otro signo que se asocie con los rayos solares, multiplicará el valor diagnóstico de estos rayos con el del signo añadido. Entrecruzamiento con anillos nerviosos.Este entrecruzamiento empeora el diagnóstico de un signo con el otro, pudiendo establecer las zonas de mayor riesgo, en los sectores donde se produce. La presencia de anillos nerviosos, añade una tendencia a alteraciones neurovegetativas y espásticas. Sector afectado.Normalmente aparecen en la zona de la cabeza, y cuando no sea así, les daremos un valor diagnóstico mayor, ya que son más inusuales. Cuando aparecen en la cabeza, la persona puede padecer migrañas, dificultad de concentración y/o malhumor, causados por los malos hábitos digestivos del paciente. Anillos nerviosos Aparecen en forma de anillo, ya que las fibras se abren en la dirección anular, dejando círculos concéntricos totales o parciales, situados generalmente en la parte periférica de la zona ciliar. Es un signo muy frecuente, y por esta razón, no indica necesariamente un proceso de enfermedad, a menos que se asocie con otros signos. En realidad son arcos en círculo, más o menos pequeños, pero que casi nunca completan un círculo entero y pocas veces un trayecto de más de medio iris. Atribuiremos a los anillos nerviosos una reactividad nerviosa directa con las estructuras superiores del cerebro. Los anillos son un signo de tipo funcional, por lo que los síntomas que presentan las personas que los tienen serán, esencialmente, de ese tipo, sin lesión orgánica, a menos que exista otro signo estructural añadido. Su presentación más frecuente es en los cuadrantes inferior y externo de cada iris, correspondiéndose con los sectores abdominales (hígado, genitales, riñones, etc). La presencia de numerosos anillos nerviosos, nos orientarán hacia la tendencia nerviosa del paciente, provocada por un aumento de tono del sistema nervioso simpático.Los pacientes con muchos anillos suelen ser personas intranquilas y con problemas de tipo espástico. Como vimos en el tema de las constituciones, los anillos son un signo típico de las tipologías neurógena y tetania larvada. |
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