EL IRIS SEGÚN LA EDAD
EL IRIS EN EL NIÑO
La
observación de iris en niños es muy difícil, además todos presentan
hasta los cinco años, aproximadamente, una pigmentación clara. Es hasta
esa edad que el iris no adquiere su pigmentación definitiva.
La
dificultad en la exploración iridiana es causada por la presencia de
unos párpados más voluptuosos, sobretodo en niños recién nacidos o con
pocos meses de edad. A parte de esta dificultad, los niños son por
naturaleza inquietos.
Algunas
veces presentan signos importantes como pigmentaciones, debilidades
determinadas o coloraciones aún sin presentar ningún proceso importante
de enfermedad. En estos casos se tendrá que evaluar la familia y ver si
estas debilidades son de tipo hereditario.
Muchos
niños pueden tener una tendencia a procesos alérgicos y linfáticos. En
estos casos se observará una zona de piel más ancha y oscura, indicando
una deficiencia de eliminación por la piel. En otros casos podremos
observar nódulos linfáticos claros, con fibras brillantes e
hipertónicas, indicando un estado de congestión linfática corporal.
EL IRIS SENIL
En
las personas ancianas, el tono neurovegetativo suele ser débil,
manifestado por una tendencia a la miosis (contracción pupilar) y
debilidad de los reflejos pupilares, los cuales pueden estar casi
abolidos; pero esto no indicar? necesariamente un problema neurológico.
Este signo de falta de tono energético ser? normal en personas ancianas.
La tonalidad en el iris del anciano suele ser mate, perdiendo el brillo que se observa en personas m?s jóvenes.
El
borde periférico del iris suele verse afectado por trastornos en la
transparencia de la córnea, sobretodo por los denominados arco senil y
anillo de colesterol.
Las
alteraciones corneales a veces dificultan los observación de los signos
iridianos, ya que nos tapan diferentes zonas y sectores.
La
pigmentación general del iris también presenta una falta de brillo,
pero en cambio suele presentar una mayor pigmentación, normalmente a
causa de manchas pigmentarias toxínicas o toxémicas.
La
exploración en ancianos no es tan difícil como en niños pero no es tan
fácil como la observación de un iris en un adulto normal. Los ancianos
tienen dificultad en abrir bien los ojos, ya que presentan unos
p?rpados m?s amplios y arrugados. El lagrimeo es frecuente y la
capacidad de resistencia a la iluminación, menor que en un adulto. |